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martes, 11 de septiembre de 2012

El sueño de Duarte y la juventud de hoy, cuando se separaron?



"Juventud divino tesoro" así reza una frase muy conocida, mayormente resaltada por los ancianos que recuerdan con orgullo los tiempos de su juventud. Esos años en los que fueron formados en valores y obligaciones. Pero lo que nunca faltaba en la juventud dominicana del siglo pasado, era el respeto y el amor que tenían por su Patria. Aquel lazo amoroso tan fuerte, que si la Quisqueya peligraba la defendían hasta con su vida de ser necesario.

La República Dominicana tiene una historia que debe llenarnos de orgullo, a pesar de toda la sangre que se derramo para que fuera forjada. "El pueblo que no recuerda su historia, está condenado a repetirla" esta frase del poeta y filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz no se equivocaba en su significado, y éste país no se escapa de esa realidad. La capacidad que tenemos para olvidar nuestro pasado es comparable al tiempo que tarda un pobre con hambre en devorar un plato de sancocho, es decir, que nuestro pasado se esfuma de nuestras mentes sin darnos cuenta. Y eso se paga caro.

Duarte tenía un sueño el cual era ver su nación libre. Sueño que se hizo realidad el 27 de febrero del 1844 con la Independencia Nacional. Luego, en varias partes de nuestra historia, fuerzas extranjeras y militares, y sectores de la oligarquía y la burguesía intentaron arrebatarnos la libertad que nos había costado tanta sangre. Pero gracias al valor de la juventud dominicana que luchó valientemente, esto no sucedió.

Vale recordar con respeto la juventud que luchó en la guerra civil que explotó el 24 de abril del 1965. Donde todo el pueblo dominicano demostró que su libertad no se entregaría, sea quien fuera que la quisiera. Siento nostalgia cada vez que recuerdo como el 27 de abril del 65 en el puente Duarte, el pueblo defendió su constitución, sus derechos y su democracia con armas, con piedras, con palos y hasta con sus propios cuerpos, siendo ametrallados y bombardeados, enfrentando tanques de guerra, militares fuertemente armados con fusiles y ametralladoras, en fin todo el cargamento militar de la época, todo para evitar que los golpistas comandados por Elías Wessin y Wessin cruzaran el puente y tomaran el Palacio Nacional.


Miles de personas se dirigieron esa mañana hacia la parte occidental del puente, ante un llamado del bloque de los Constitucionalistas comandados por el Coronel Francisco Alberto Caamaño Deño, informando que la patria estaba en peligro y necesitaba la ayuda de los civiles, los cuales solo pidieron armas. Los dominicanos de aquella época entregaron sus vidas por la patria. Se estima que más de 4 mil dominicanos murieron en la Guerra del 65.


La última insurrección del pueblo dominicano, fue la ocurrida en el 1984 cuando en una semana santa, al retornar a sus hogares los ciudadanos encuentran todos los productos aumentados hasta en un 200%, por lo que se lanzaron a las calles a protestar. Siendo muchos  los acribillados, ya que el presidente Jorge Blanco mandó las fuerzas armadas a las calles con órdenes de asesinar a quienes estaban en protesta. Luego de ese crimen de lesa humanidad, por culpa del sistema social que nos domina, el sueño de Duarte fue olvidado, y justo ahí, se separó de la juventud que luchaba por mantenerlo vivo.

El neoliberalismo se ha encargado de idiotizar la juventud que hoy en día tenemos. Inculcándole el consumismo, el alcoholismo, sexo por placer, dinero fácil y toda otra forma que desmoralice al ser humano, como el dembow por ejemplo. Este sistema nos convierte en simples peones que solo servimos para trabajar y mantener vicios.

Pero aun hay esperanza de que todo cambie, la chispa de la revolución no se ha apagado por completo. El sistema no puede engañarnos a todos. En nuestras manos está recuperar lo perdido, nosotros podemos hacer que el sueño de Duarte recobre vida en cada corazón de todo joven dominicano.

 


Jairol Pacheco
@jairolpacheco
jairol_pacheco@hotmail.com

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