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domingo, 9 de septiembre de 2012

Lucha de poder entre la importancia del trabajo y el valor de la moral.



El hombre necesita alimentarse para subsistir, de no hacerlo su muerte sería inminente. Esta es una Ley de la vida y por esta razón debe buscar alimentos tanto para él como para su familia... a cualquier precio. 

El hombre crea una manera para conseguir alimentos, cambiando un producto por otro (trueque). Modalidad que supera algunos procesos de evolución en diferentes épocas desde la edad media. Hoy en día el hombre vende su fuerza de trabajo a cambio de un salario (muy bajo) para que de esta manera cumpla la meta del día: tener un plato de comida en la mesa. 

Esta práctica que es implantada por el neoliberalismo, se ha hecho una costumbre dominicana. Ya el trabajador ha perdido todo tipo de noción sobre el verdadero valor de su fuerza de trabajo, y más aún, el valor de sí mismo como ser humano. Causando esto que los trabajadores sean golpeados y abusados por sus patronos, y los trabajadores (que ya están adormecidos por culpa del neoliberalismo) no hacen nada para defender sus derechos amedrentados, por miedo a perder "el plato de cada día", es decir, quedarse sin empleo. 

 


El trabajador dominicano ha colocado al empleador en un altar, lo considera como un Dios que no puede ser dañado. Llegando al punto que permite que lo humillen, lo insulten, lo denigren y lo irrespeten. Ha perdido completamente el valor para defender su honor y su moral.

 


Es costumbre también que cuando el trabajador no está de acuerdo con las condiciones inhumanas de trabajo que ofrece el empleador, el consejo típico dominicano es "renuncia y busca otro mejor". Entonces se presenta un gran dilema: "ser una máquina de producción masiva automática, sin moral, sin honor, sin respeto por sí mismo, entregando su fuerza de trabajo a cambio de un salario que ni siquiera brinda una condición de vida digna de un ser humano" o "hacer valer sus derechos establecidos en la Carta Magna y las leyes. Librar la batalla contra ese empleador desconsiderado que se olvida que el trabajador tiene derechos y está bien protegido. Manteniendo así la frente en alto, porque no tuvo temor de exigir lo que le pertenece. Porque ponderó que un plato de comida no vale más que la moral".

De nada te sirve trabajar para comer y estar vivo, sino tienes ideales, ni valor para defenderlos. Convirtiéndote en un ser vacío sin amor a nada, solamente existiendo para ocupar un lugar más en el espacio. Sino te amas ni te defiendes a ti mismo, cómo protegerás tu familia? 

Sin ideales no se puede vivir, y recordando una frase de un gran filósofo, cito: "Un hombre que no arriesga nada por sus ideas, o no valen nada sus ideas, o no vale nada el hombre" Platón. 

Lucha por aquello que es tuyo, no permitas que te humillen. Todo puede ser cambiado. La justicia moral es nuestra. La revolución de ideas, es hoy. 

Jairol Pacheco, 8 de septiembre.
@jairolpacheco
Jairol_pacheco@hotmail.com